sábado, 10 de septiembre de 2011

Abraham: Modelo de fe y rectitud

"Recordaréis la historia de cómo el hijo de Abraham
nació después de muchos años de que su padre había
esperado y anhelado este nacimiento, llegando a ser
así su posesión más preciosa, más que cualquier otra.
No obstante, en medio de su regocijo, Abraham recibió
el mandamiento de tomar a su único hijo y ofrecerlo
como sacrificio al Señor, a lo que él consintió.
¿Podéis imaginar lo que sentía Abraham en su corazón
en esa ocasión? Vosotros amáis a vuestros hijos
tanto como Abraham amaba al suyo, tal vez no tanto,
teniendo en cuenta las circunstancias tan particulares,
pero . . . ¿qué creéis que sintió cuando se despidieron
de Sara, la madre? ¿Qué sentimientos creéis
que había en su corazón al contemplar a Isaac despidiéndose
de su madre al emprender el viaje de tres
días hasta el lugar señalado para el sacrificio? Imagino
que todo lo que el padre Abraham pudo hacer fue
disimular su gran pesar y dolor al contemplar aquella
despedida, y él Y su hijo viajaron tres días hacia el
lugar señalado, Isaac llevando los maderos que servirían
para llevar a cabo el sacrificio. Los dos viajeros
descansaron, finalmente, en la ladera del monte, y los
hombres que los habían acompañado recibieron la
orden de quedar allí cuando Abraham y su hijo comenzaron
a subir.
"Entonces el muchacho le dijo: 'Padre mío . . . he
aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero
para el holocausto?'
"Abraham debe haber sentido que el corazón se le
destrozaba al oír decir a su hijo: 'Has olvidado el cordero'.
Mirando al joven, el hijo de la promesa, el
pobre padre solamente pudo decir: "Dios se proveerá
de cordero para el holocausto, hijo mío".
Subieron al monte, reunieron las piedras y colocaron
los leños. Luego Abraham ató a Isaac de las manos
y los pies, arrodillado sobre el altar. Supongo que
Abraham, como un verdadero padre, debe haber besado
por última vez a su hijo, dándole su bendición y
su amor, y su alma debe haberse volcado hacia él en
aquella hora de agonía, ya que iba a morir por la
mano de su propio padre. La escena se fue desarrollando
hasta que Abraham desenvainó el cuchillo de
frío acero y levantó la mano para dar el golpe que
haría brotar la sangre de la vida."
Debemos tener presente que Abraham fue salvado
de un destino semejante instigado en maldad por su
propio padre. Como con la mayoría de la gente,
Abraham debe haber aborrecido los sacrificios humanos.
¿Por qué el Señor requeriría semejante prueba
de su fe? ¿Qué podemos aprender de la vida de
Abraham, el cual fue fiel hasta el final?
Génesis 18:1-2. ¿Quién conversó con Abraham?
"No tenemos justificación en enseñar que nuestro
Padre Celestial, con otros personajes celestiales, bajase,
sucio de polvo y muy cansado, y que haya comido
con Abraham. Esto no es lo que se enseña en
el capítulo 18 de Génesis. El primer versículo de ese
capítulo debería decir lo siguiente: 'Después le apareció
Jehová en el encinar de Mame'. Ese es un pensamiento
completo. La segunda parte de ese párrafo
no tiene nada que ver con la aparición del Señor a
Abraham . y se sentó él a la puerta de su
tienda en el calor del día; y alzó sus ojos y miró, y he
aquí tres varones que estaban junto a él'. Estos tres
hombres eran mortales. Tenían cuerpos y pudieron
comer, lavarse y sentarse y descansar de su fatiga.
Ninguno de estos tres era el Señor."
Génesis 18:19. Mandará a sus hijos . . . que
guarden el camino de Jehová"

Este versículo ilustra una vez más la rectitud de
Abraham. No solamente obedeció él mismo los
mandamientos, sino que enseñó a los de su familia a
que también fueran obedientes.
"El deseo de Abraham de hacer la voluntad de
Dios en todas las cosas lo llevó a presidir con rectitud
sobre su familia. A pesar de todas las demás responsabilidades
que tenía, sabía que si fracasaba en enseñar
y ejemplificar el evangelio ante sus hijos, habría
fracasado en el cumplimiento de la mayordomía mas
importante que había recibido."

Génesis 17:1. Anda delante de mí y sé perfecto

El mandamiento dado a Abraham fue, que debía
andar rectamente delante del Señor y ser perfecto.
Este mandamiento ha sido dado a los santos en todas
las épocas (véase Deuteronomio 1 8:13; Mateo 5:48).
"La salvación no viene de una sola vez; se nos
manda ser perfectos como nuestro Padre que está en
los cielos es perfecto. Nos llevará eternidades lograr
este fin, pues habrá mayor progreso más allá de la
tumba y será ahí donde los fieles vencerán todas las
cosas, y recobrarán todas las cosas, aun la plenitud de
la gloria del Padre.
"Creo que el Señor quiso decir exactamente lo que
dijo: que debemos ser perfectos como nuestro Padre
que está en los cielos es perfecto. Eso no vendrá
de una sola vez, sino línea por línea, precepto por
precepto, ejemplo por ejemplo, y aun así no mientras
vivamos en este estado mortal, porque tendremos
que ir aún más allá de la tumba antes de alcanzar esa
perfección y llegar a ser como Dios.

"Pero es aquí donde echamos los cimientos. Aquí
es donde se nos enseñan estas sencillas verdades
del evangelio de Jesucristo; en este estado de probación,
para ser preparados para esa perfección. Hoy
debemos ser mejores de lo que fuimos ayer, y mañana
mej ores de lo que somos hoy. ¿Por qué? Porque
estamos en este camino. Si estamos guardando
los mandamientos del Señor, estamos en ese camino
hacia la perfección, y eso sólo puede venir mediante
la obediencia y un ferviente deseo de nuestro
corazón de vencer al mundo."